El perder a un animal de compañía, es muy doloroso, porque ya no está físicamente aquel ser con el que vivimos tanto amor incondicional, nos fue leal, nunca nos juzgo , tenía una estabilidad interna , nos brindó arropo y sostén, y del que aprendimos el amor completo y el respeto por otro ser. Con su partida nos sentimos desvalidos, confundidos y sin saber cómo continuar. El duelo por nuestro amado animal, es válido y necesario. El duelo que se vive, no solo es por aquel amado animalito que ya no está, sino también por todo lo que ahora nos toca enfrentar de nosotros mismos que no habíamos querido ver ni enfrentar, abriéndose así todos nuestros duelos no resueltos. El duelo, es una oportunidad y un regalo, aunque doloroso sin duda, también es un tiempo para crecer, para ver nuestra luz y aprender a integrar a nuestro amado compañero animal en todo nuestro ser.

Abrazar nuestro duelo y vivirlo en conciencia es la mejor manera de honrar a nuestro compañero animal. Recuerda, que él siempre vio en ti la luz que no podías ver de ti mismo. Ahora es el tiempo de ver y abrazar la luz que el siempre vió en ti.

El ser acompañado en un duelo animal desde todas las partes, psicológica, emocional, espiritual y energética. Te ayudara a que puedas fluir, entender e integrar la partida de tu amado compañero animal. Dándole un sentido y abriendo tu corazón a sanar desde aquel amor que aun continua entre ambas almas.

“No se fue, se transformó en una enorme luz llena de amor”.